19/08/2012

El que come este pan vivirá para siempre (Vigésimo domingo)


¿ Cómo la carne de Jesus puede alimentarnos ? ¿ Que contestaría cada uno de nosotros ? Sin duda, diríamos que el sacramento es un alimento espiritual. ¿ Pero cómo tal alimento podría hacer que no múresenos ? ¿ Se trataría también de una vida espiritual ? ¿ Porque entonces compararlo con el maná ?
Si todo esto es espiritual ¿ por qué hablar con unas imágenes tan carnales, comer la carne, beber la sangre ? Si todo esto es espiritual, cómo esto tendría sentido para nuestra vida de cada día, tan carnal ?
Otra pregunta : ¿ cómo las palabras de Jesus podrían señalar el sacramento mientras que todavía, en esta época, no se sabe lo que es un sacramento, mientras que el texto posiblemente no se refiera al pan eucarístico, sino a la palabra de Jesús ?
Ultima pregunta : ¿ A quién conocemos que no hubiera muerto de manera que podamos decir que nunca muere, habiendo comido la carne del hijo del hombre ?
En efecto, el hombre no vive de pan sólo sino de lo que sale de la boca del Señor. Claro, la interpretación del texto debe ser espiritual. Entonces, no podemos substituir un pan por otro, el maná por el pan eucarístico. El pan que da la vida es la palabra de Jesus, mejor, la vida de Jesus, es decir Jesus mismo. No se trata aquí de eucaristía.
Un hombre que hace vivir, otra manera de decir, mas concretamente, que da su carne como comida y su sangre como bebida ¿ qué es ? Lo sabemos todos. Cada uno de nosotros conoce a tal o tal que le hace vivir, le da esperanza en la vida, le muestra su amor, la conduce sobre el camino de la estima a sí mismo.
Sabemos todos que sin los demás, no podríamos vivir, porque vivir no es sólo asunto biológico sino asunto de relación también. Y las relaciones no son cosas espirituales, son cosas muy carnales. Ofrecer la posibilitad de las relaciones es dar vida. Y así hace Jesus.
Pero no basta esta explicación. Jesus no sólo da la vida, sino su vida. Dar la vida es un nacimiento. Dar su vida significa la muerte. Desde el nacimiento hasta la muerte se da Jesus. La muerte de Jesus no tiene propiedades extraordinarias, las de un sacrificio por ejemplo, ofrenda expiatoria. Basta con la teología según la cual la muerte del Hijo sería necesaria para parar la ira del Padre.
La muerte de Jesus significa la fidelidad de toda su vida. Dando su vida, muere. Por su fidelidad con nosotros, por su fidelidad con su Padre, por su fidelidad con su propia palabra, Jesus continúa dando su vida hasta la muerte. Esta relación de fidelidad con nosotros y con su Padre, es decir su persona misma, nos la da, y hace nos hace vivir.
¿ Cómo decir esto, siglos después de su muerte ? ¿ Cómo vivir de esto, siglos después de su muerte ? La comida y la bebida son las parábolas de esta donación. Así, quien come su carne y bebe su sangre no muere, tiene vida, porque recibe la vida de Jesus. No se trata de una comida mágica o un alimento sacramental, se trata de la vida misma de Jesus, claro muerto desde dos mil años, pero continuando darnos su vida, continuando darse a nosotros.
Si queremos hablar de la eucaristía, diremos que es un sacramento, es decir lo que ocurre como signo. La eucaristía es el alimento como signo de que Jesus no deja de darse para que el mundo viva. La eucaristía significa la ofrenda de Jesus de su vida para la vida del mundo. Es la ofrenda como signo de esta ofrenda. Es el alimento que hace vivir como signo. Es de manera secunda, derivada, el alimento que hace vivir, es decir Jesus mismo, el que es el pan de la vida, el pan verdadero.
Lo comemos y morimos. ¿ Cómo Jesus puede afirmar que el que come este pan vivirá para siempre ? Con Jesus la vida no viene antes de la muerte sino al contrario la muerte viene antes de la vida. Comer este pan es salir de la muerte y ya salimos de ella si es la verdad, como lo dice el prefacio, que en esta existencia cotidiana, la vida eterna ya es empezada, que “todavía peregrinos en este mundo, no sólo experimentamos las pruebas cotidianas del amor de Dios, sino que poseemos ya en prenda la vida futura”.


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